Mi pareja o familiar tiene cáncer de próstata y no sé qué hacer.
Ante un diagnóstico de cáncer de próstata u otros tipos de cáncer, debemos tener claro que la enfermedad afectará no sólo al paciente diagnosticado, sino a su pareja, familia y amigos; es decir, a su círculo cercano.
Las reacciones luego de la noticia son diversas y deben catalogarse como “normales”. Dependiendo de la persona existirán emociones como: enojo, miedo, incredulidad o tristeza; sin embargo, debemos sentirlas y poco a poco sustituirlas, con sentimientos de esperanza y gratitud, enfocándonos en todas las pequeñas cosas que damos por sentadas, y que en nuestro contexto, aunque no lo creamos posible, podemos agradecer. Un ejemplo es enfocarnos en la posibilidad de acudir al médico, de contar con un transporte, de tener pareja, familia o amigos que nos apoyen, tener un techo donde vivir, étc.
No sólo el paciente sufre, la pareja, familiares y amigos, también.
Cuando alguien es diagnosticado con cáncer, solemos enfocarnos en la persona y olvidar que sus allegados también necesitarán ayuda para canalizar todas las emociones que están sintiendo. Incluso es difícil enfrentarse a un cambio de roles, en el que, tal vez, el proveedor por un tiempo se vuelva dependiente o donde quien menos imaginamos, deba asumir el mando de una situación complicada.
Es muy desesperante querer ayudar a alguien que amas y no contar con todas las herramientas para hacerlo, ya sea conocimiento, medios económicos, tiempo o apertura de la persona diagnosticada para aceptar tu ayuda. Y es que nadie está preparado para el cáncer. La mejor forma de coexistir con él, es buscando a toda costa que esta etapa se transite buscando siempre mantener la calidad de vida y entendiendo, que un paciente enfermo, no siempre tendrá la fuerza, ni las ganas, para mostrarse positivo y nuestro papel en esos momentos será la de acompañarle y dejarle transitar su propio proceso.
La actitud y la red de apoyo son muy importantes.
La actitud influye muchísimo en la recuperación; sin embargo, frases como “échale ganas”, no serán de ayuda para alguien que está haciendo un esfuerzo sobre humano para gestionar sus emociones, sensaciones y pensamientos.
Lo más importante para una persona con este diagnóstico es sentirse acompañada y cobijada por sus seres queridos, no desde la compasión sino desde la comprensión y el amor. Házle reír, platica de buenos momentos, trátale como siempre y respeta cuando no tenga ganas de hacer algo o prefiera estar a solas.
El cáncer cambia la forma en que nos vemos a nosotros mismos, fortalece nuestras virtudes y también permite ver aquellos defectos y problemas, que ya existían, pero que no habían sido evidenciados. De esto dependerá cómo se desarrollarán nuestras relaciones, pudiendo mejorar o empeorar según fuera el caso.
Es importante buscar siempre soluciones que permitan mantener la mejor calidad de vida y entender que el cáncer no provoca la ruptura de la pareja o de las relaciones; sino que al ser una situación complicada, agudiza problemas existentes que no se habían querido ver o no se habían enfrentado previamente.
10 formas de enfrentar la situación de mejor manera
1.- No te sobrecargues de actividades y responsabilidades. Es necesario que la pareja o familiares cuidadores deleguen y dividan responsabilidades. Si esto no fuera suficiente, deberán pedir ayuda a terceros.
2.- Es imposible ayudar a alguien si nosotros mismos no estamos bien. Haz ejercicio, aliméntate sanamente, hidrátate, cuida también de tu salud porque solo una persona sana puede ayudar a otra de forma eficiente.
3.- Si sientes que la situación te sobrepasa, busca ayuda profesional. La salud mental es extremadamente importante y es necesario que aprendas a expresar tus miedos de forma amorosa y aceptar que no siempre puedes con todo. Hacer catársis será liberador y te permitirá tener pila para continuar con todos los retos que vengan.
4.- Deja que la persona que enfermó, experimente sus emociones. Déjale llorar, enojarse o estar sola. Escucha, no siempre tienes que opinar. Llénale de detalles sencillos que no tienen precio y que significan mucho, una caricia, un masaje, acercarle las cosas, verificar que el espacio esté cómodo y que las necesidades sean cubiertas.
5.- Hagan acuerdos comunes para determinar qué visitas serán bien recibidas y cuáles no. Establezcan horarios prudentes y evalúen qué personas aportan al bienestar y quiénes pueden afectar anímicamente por su pesimismo o comentarios inadecuados. La última palabra la tendrá la persona que ha sido diagnosticada, ya que lo que estamos procurando es su bienestar anímico y mental.
6.- Si fuera necesario, busquen terapia de pareja o familiar de modo que exista un espacio neutral donde todos puedan canalizar sus emociones y detectar oportunamente si hay comportamientos nocivos como sobreprotección, victimización, indiferencia, ansiedad o depresión que deban ser abordados.Todo se puede solucionar si lo hablamos y tratamos a tiempo.
7.- Tomen decisiones compartidas. Investiguen juntos sobre opciones de tratamiento y busquen grupos de personas que hayan vivido lo que ustedes para que puedan nutrirse con sus experiencias y testimonios. Habrá decisiones que deban tomar juntos y otras que se deberán tomar individualmente para no generar fricciones por desacuerdos.
8.- Hagan planes que les permitan salir de la rutina, si la salud lo permite. Salir a caminar, al cine, organizar una tarde especial o simplemente ver fotos antiguas que nos llenan de recuerdos agradables. Intenten vivir el aquí y el ahora, acercarse a la naturaleza y disfrutar de las cosas más simples de la vida.
9.- No te desaparezcas. Muchos personas suelen entrar en un estado de confusión en donde no saben qué decir ni cómo comportarse. Desafortunadamente optan por no buscar a la persona para no enfrentarse a una situación incómoda y evitan al máximo hablar sobre el tema. Tu presencia es importante. La persona a la que quieres ahí está y te necesita más que nunca. Envíale mensajes, llámale, compártele historias, pregúntale sobre sus necesidades, trátale lo más normal posible y sin miedo. Te compartirá lo que quiera compartirte cuando sienta ganas de hacerlo. Si no te contesta llamadas o mensajes, no te ofendas ni te desanimes, respeta. Habrá días en que será notorio que quiere comunicarse y dialogar y otros en los que no y eso, está bien.
10.- No existen fórmulas para saber qué hacer, que decir y cómo proceder. Deja que tu cariño y amor por la persona sea tu guía. Mantente presente, de la manera en que te gustaría que esa persona estuviera presente para ti si los roles fueran invertidos. Dile cuánto le quieres, cuánto deseas su bienestar y transmítele con acciones y palabras lo que ya sabe y lo que nunca le has dicho. Recuerda que mientras haya vida, hay esperanza.
El cáncer de próstata diagnosticado a tiempo y con un tratamiento adecuado y un seguimiento puntual, tiene muy alta posibilidad de curación. Acércate a un especialista siempre.
Dr. Isaac Labra Salgado | Urología + Urología oncológica + Especialista en biopsia de próstata
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